En plena 'Rías Baixas', hay una pequeña ciudad, que da nombre a la Ría que baña sus costas. Noia, es desde 1835 una villa perteneciente a la provincia de La Coruña, en Galicia. Con tan solo 15.000 habitantes, la Villa de Noia cuenta con un equipo de fútbol sala que milita en la segunda división, y sueña con el ascenso. Rivas Vaciamadrid, a más de 650 kilómetros de distancia, se erige en el sureste madrileño, como una de las ciudades más pobladas de la comunidad, con 85.000 habitantes. Aquí, un equipo guerrero y luchador persigue otro sueño completamente distinto, el sueño de la permanencia.
Rivas Futsal y Noia Portus Apóstoli jugarán este sábado desde las 18:00 en el Municipal de Noia, el encuentro correspondiente a la jornada 12 de liga. Ya sobrepasado el ecuador de la temporada, ambos equipos tienen claros sus objetivos a largo plazo, totalmente diferentes, pero el objetivo único y común, es ganar este sábado y sumar los tres puntos.
A Noia le separa un punto del playoff de ascenso, a Rivas cuatro de la permanencia que ocupa Santiago Futsal. Precisamente ante Santiago, Rivas consiguió una remontada que acabó con un resultado de 3-3 y un punto para el conjunto ripense. Con el punto sumado el pasado domingo, ya son 4 en los últimos cuatro encuentros, mejorando el punto que consiguieron en las primeras siete jornadas. Noia llega al encuentro en plena racha, tras ganar a Software DELSOL Mengíbar por 3-4 en tierras jienenses. Los gallegos han sumado 8 de los últimos 12 puntos en esta temporada.
Para el partido no estarán Juanlu y Pedro Alberto que abandonaron la disciplina del equipo esta misma semana. La dirección deportiva, se pondrá 'manos a la obra' para traer sustitutos, pero está semana serán Jaime Chamizo, Adri Oro y Sergio Vizuete "Rubio" quién completarán la convocatoria. Carlos Sánchez ha decidido convocar a los jugadores del Juvenil DH y Preferente para completar la lista de 12 para el partido.
Cuarenta minutos quedan por delante para saber quién se lleva los tres puntos del municipal de Noia en lo que supone un partido que, pese a las diferencias en la tabla, vale más que tres puntos.